La micro que me llevaba al metro no pasaba, mi humor era horrible, aun no amanecía del todo, hacía frío, mucho, derrepente a mi lado una niña, de 18 años a lo más, me pregunta mientras yo le daba la espalda "me puedes ayudar a tomar la micro" me rio y me doy vuelta, la veo, era una niña ciega con su bastón, obviamente no podía negarme a su petición, esperamos alrededor de 10 minutos, mientras me contaba que se había golpeado muy fuerte en un pie gracias a basura botada en el suelo, me dijo "no la vi" y se largó a reír, a partir de eso las emociones empezaron a salir de mi, en ver lo especial que era ella, y yo que me había levantado enojada por tener tanto que hacer, y ella con las dificultades que sean había leído mucho la noche anterior, había madrugado y ahora estaba asustada al sentir que ningún vehículo le paraba, "estaba asustada por eso te hablé" sentí lo limitada que podía ser su vida y me dio pena e impotencia el hecho de que lo que ella vive si son problemas, la basura en el suelo es problema para ella, sentí lástima de su situación, ya en la micro me contaba que iba a baquedano a la universidad, le pregunté qué estudiaba y me dijo"derecho en la Chile" já, desapareció mi lástima al instante, sus limitaciones no eran nada, ella estaba estudiando en una connotada universidad, después de esto yo me sentí limitada, para ella eso no existía. Era tan simpática, alegre y conversadora, llenó todos los momentos, aprendí a andar calmada aunque estuviera atrasada, caminando a su paso, cuidando que no le sucediera nada, "yo no puedo correr, aunque conozca el camino puedo golpear a alguien con el bastón, sería una irresponsabilidad mía" a ella le preocupaba pasar a llevar a los demás, y cuánto no la pasaron a llevar a ella en todo el recorrido. Metro lleno ella era la única que sonreía, en Los Héroes no podíamos tomar el nuevo tren, lleno total, nos lanzaron dentro del vagón, todos mal humorados por los empujones, ella seguía riendo, me decía "imagínate entrar aquí con los ojos cerrados sin entender para donde te están llevando, sólo sentir el zamarreo y rogar que estás adentro, ¿o te parece cómico?" simplemente reímos mientras todos estaban mal humorados, llegamos a estación Moneda donde yo bajaba y le dije "pasaré a verte a tu internado" y ella respondió "nos vemos cuando quieras" y se largó a reír. Esto cambió muchos parámetros en mi vida, ojalá nunca olvide esta experiencia.
y así no más.
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